En el Dominguero pasado, llamamos la atención sobre los tormentosos problemas que sufre el pueblo panameño todos los días. Así, enumeramos: el agua, el empleo en la ciudad y en el campo, la educación, el alto costo de la vida, el transporte colectivo, la comida, el Canal y se quedó por fuera la salud pública y la CSS.
Pero el tema a reflexionar ahora, es cómo el nuevo presidente, que salga de las confusas urnas de la “fiesta electorera” del 5 de mayo, le hará frente a esa problemática, más allá de las promesas, los discursos, los banner, los insultos, la demagogia, las campañas sucias en las redes, donde no se ha respetado la privacidad de nadie. Esa es la “fiesta electoral”, esa es la “borrachera electoral” de la cual nos quedará la goma los días después del 5 de mayo, tanto a los ganadores como a los perdedores.
Lo cierto es, que luego del 5 de mayo, todos nos daremos cuenta, que el ganador saldrá por la mínima. Que el nuevo presidente no contará con el apoyo de las mayorías ciudadanas. Y la pregunta lógica es, ¿Cómo podrá gobernar? ¿Cómo podrá enfrentar y solucionar esos problemas que hemos enumerado? ¿Cómo le hará frente a una oposición política que aparecerá por todas las esquinas?
Regresa a nosotros la vieja advertencia, enviada a Omar Torrijos en la Carta Privada que le envió el Círculo Camilo Torres en 1977-1978 y al llamado al Entendimiento Nacional que el Partido Nacionalista Popular (PNP) le enviara a Ricardo de la Espriella, al General Rubén Darío Paredes y a las fuerzas políticas de aquellos días: entendimiento nacional o desastre nacional. Entendimiento Nacional que empezó con las Reformas Constitucionales de 1983 que era el seguimiento de las Reformas Constitucionales de Omar Torrijos en 1978 y su Repliegue Militar, que luego se malograron, dando paso a esos trágicos años que culminaron con la intervención militar norteamericano del 20 de diciembre de 1989. Viejas lecciones no aprendidas por los políticos “demócratas de nuevo cuño”. Sobre la república debilitada, la democracia electorera fracasada y la ciudadanía anémica, frustrada e impotente, solo nos salvará, gane quien gane, el entendimiento nacional o viviremos en el desastre nacional permanente.
¿Cómo podrá enfrentar y solucionar esos problemas que hemos enumerado? ¿Cómo le hará frente a una oposición política que aparecerá por todas las esquinas?
